Las harinas de teff y de arroz ofrecen al organismo carbohidratos complejos.
Junto al proceso de horneado y rápido enfriamiento, hacen que los almidones de estos carbohidratos sean resistentes.
Los almidones resistentes, actúan como fibras y al no digerirse alimentan a las bacterias que residen en el colon y forman tu microbiota.
Gracias a los almidones resistentes, proliferan las bacterias ‘buenas’ y en el proceso de fermentación de éstos se produce butirato.
El butirato es un ácido graso esencial en los procesos antiinflamatorios, antitumorales y protectores de la permeabilidad intestinal.
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